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Los sensores son el corazón de cualquier cámara fotográfica. Creo que todos los profesionales de la fotografía estamos de acuerdo en que, sin lugar a dudas, los sensores son una de las partes más importantes de nuestra cámara. Y es que estos pequeños dispositivos son los encargados de capturar la luz y transformarla en una imagen digital.
Sin embargo, no todos los sensores son iguales. Por eso, en esta entrada del kinablog vamos a hablar sobre los diferentes tipos de sensores que existen y cómo afectan a la calidad de las fotografías.
Pero vamos por partes. Porque es posible que ya seas un profesional de la fotografía y sepas de qué estamos hablando, pero si acabas de empezar en este apasionante mundo tendrás un montón de dudas con los diferentes conceptos. Por eso, antes de entrar en detalle sobre los diferentes tipos de sensores, es importante que comprendas qué es un sensor.
En pocas palabras, un sensor es un dispositivo que detecta la luz y la convierte en una señal eléctrica. Esta señal es procesada por la cámara y se convierte en una imagen digital.
El sensor funciona de manera similar a la retina del ojo humano, desempeñando el papel de “ojo electrónico” de la cámara. Sé que puede parecer algo complejo de entender, por eso vamos a ver su funcionamiento paso a paso:
Y todo eso es lo que pasa en un instante en tu cámara tras hacer click para tomar una fotografía. Quién lo diría, ¿verdad?
En el mundo de la fotografía, existen varios tipos de sensores, cada uno con características y tecnologías distintas que afectan la calidad y el rendimiento de las imágenes capturadas. ¡Vamos a ver los más comunes!
Según la tecnología que se utilice los sensores se clasifican en dos categorías principales: CCD (Charge-Coupled Device) y CMOS (Complementary Metal-Oxide-Semiconductor).
El sensor CCD fue uno de los primeros en utilizarse en cámaras digitales. Se compone de una matriz de fotodiodos que capturan la luz y la convierten en una señal eléctrica. Los fotodiodos transfieren la carga de píxel a píxel mediante un proceso conocido como “transferencia de carga”.
Los sensores CCD suelen ofrecer una calidad de imagen excelente, especialmente en condiciones de baja luz, debido a su menor nivel de ruido. Sin embargo, tienden a consumir más energía y pueden ser más caros.
Por su lado, el sensor CMOS ha ganado popularidad en los últimos años debido a su menor consumo de energía, su mayor velocidad de lectura y la posibilidad de integrar funciones adicionales en el mismo chip, como el enfoque automático y la grabación de video.
A diferencia de los sensores CCD, los sensores CMOS utilizan transistores individuales para cada píxel, lo que permite una lectura más rápida de la información y un procesamiento más eficiente de las imágenes. Aunque inicialmente los sensores CMOS solían tener más ruido que los CCD, gracias a los avances de la tecnología la calidad de imagen es comparable.
Una de las características más importantes de un sensor es su tamaño. El tamaño del sensor afecta directamente a la calidad de la imagen. Sé que puede parecer obvio, pero los sensores más grandes tienen píxeles más grandes, lo que significa que pueden capturar más luz y producir imágenes con menos ruido.
Los sensores se miden en milímetros, y se dividen en tres categorías principales:
Los sensores Full-Frame son conocidos por ser los más grandes en la industria de la fotografía. Tienen un tamaño similar al fotograma de las antiguas cámaras de película de 35 mm (aproximadamente 36 x 24 mm). Estos sensores ofrecen una gran ventaja en términos de calidad de imagen, ya que al contar con píxeles más grandes que pueden capturar más luz, proporcionan un mayor rango dinámico.
¿En qué se traduce esto? Pues en imágenes con colores más precisos, menos ruido y una mejor reproducción de detalles.
¿Cuál es la principal desventaja? Los cuerpos de cámara con sensores Full-Frame suelen ser más grandes y pesados, y las lentes diseñadas para estos sensores suelen ser más caras.
Los sensores APS-C son más pequeños que los Full-Frame, con dimensiones aproximadas de 23 x 15 mm. Son muy utilizados en cámaras de formato medio y cámaras réflex digitales de nivel de entrada y medio. Estos sensores ofrecen una excelente relación calidad-precio, ya que brindan una calidad de imagen decente sin el coste adicional de los sensores Full-Frame.
Además, las cámaras con sensores APS-C suelen ser bastante más ligeras y compactas, lo que las convierte en una opción ideal para fotógrafos que buscan portabilidad sin renunciar a calidad de imagen.
Los sensores Micro Cuatro Tercios son aún más pequeños que los sensores APS-C, con aproximadamente 17 x 13 mm de tamaño. Este tipo de sensor es utilizado en cámaras sin espejo (mirrorless) y cámaras compactas de lentes intercambiables.
A pesar de su pequeño tamaño, estos sensores ofrecen una calidad de imagen muy decente y un rendimiento razonable en condiciones de luz adecuadas.
Son ideales para aquellos que buscan cámaras compactas y ligeras sin sacrificar demasiada calidad de imagen.
Lo sentimos, pero sí, el tamaño importa. El sensor y el tamaño del mismo es una de las características más importantes a tener en cuenta a la hora de elegir una cámara fotográfica. No obstante, aunque los sensores más grandes ofrecen una mejor calidad de imagen, hay que tener en cuenta que también son más caros y pesados. Por otro lado, los sensores más pequeños son ideales para aquellos que buscan una cámara compacta y ligera, pueden no ofrecer la misma calidad de imagen que los sensores más grandes, pero están más a la mano de todo el mundo.
Así que el único kinaconsejo que te podemos dar es que, antes de comprar una cámara fotográfica, es importante que investigues un poco más sobre los diferentes tipos de sensores que existen y elegir la cámara que tenga aquel que mejor se ajuste a tus necesidades y presupuesto. Y si no das con ninguna cámara que encaje contigo, no lo pienses y ponte en contacto con nosotros, un miembro de la kinafamily te dará asesoramiento personalizado y resolverá todas tus dudas.
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