¿Qué es el HSS y por qué hay que usarlo lo menos posible
Explicar la tecnología HSS si no eres ingeniero electrónico puede ser complicado, pero vamos a emplear una terminología sencilla y recurrir a ejemplos quizá no tan precisos para explicar que es ese maravilloso sistema que te permite utilizar tu flash incluso cuando tu cámara no se lo quiere poner fácil.
Las siglas HSS significan High Speed Synchronization (Sincronización a Alta Velocidad) y como su nombre indica, es a lo que recurren los flashes cuando nuestra cámara supera la conocida como velocidad de sincronización.
La velocidad de sincronización es la máxima velocidad a la que el sensor permanecerá abierto por completo, y suele estar en 1/250s para cámaras como las Sony A y las Fujifilm X, 1/200s para cámaras como las Canon R o 1/125s en el caso de cámaras como las GFX de Fujifilm.
Esto ocurre por una limitación del obturador, la pieza mecánica compuesta por láminas que, a modo de cortina, tapan y destapan el sensor para exponerlo a la luz.
Es debido a que a partir de una velocidad considerable, las cortinillas no pueden bajar tan rápido como para cerrarse de golpe, lo que hace que para lograr exponer a esa velocidad, tengan que empezar a cerrarse antes de que se haya terminado de abrir, lo que provoca que no haya un instante en donde el sensor esté completamente libre de obstáculos provocando así la peculiar sombra en nuestra fotografía, consecuencia de ese bloqueo de la luz de flash producida por la cortinilla que se estaba cerrando en el momento en que saltó el flash.
Cuanta mayor velocidad pongamos, más sombra aparecerá en la imagen, pues antes habrá comenzado a cerrarse el obturador y menos parte libre del sensor ha tenido el flash en el momento que se disparó.
¿Por qué solo pasa con el flash?
Como comentábamos, el flash es un único destello extremadamente rápido en un momento del tiempo, por tanto, al no tener el sensor completamente abierto en ningún momento, siempre vamos a tener esa parte negra provocada por la cortinilla. Esto no ocurre con la luz continua, porque como siempre está iluminando, tendrá tiempo para ir exponiendo las diferentes franjas que quedan abiertas en el sensor.
Suponemos que ya habrás podido intuir cuál es el truco del HSS, pero de todos modos vamos a explicarlo de la manera más simple posible para que entiendas la proeza técnica que requiere y también porque deberías minimizar su uso.
Para resolver el problema del destello único que siempre encuentra una parte del sensor tapado, los fabricantes inventaron el sistema HSS, dicho sistema necesita de una comunicación con la cámara, esa es la razón por la que cada disparador o speedlight se comercializa para cada marca; debido a que los pines de la zapata mediante los cuales se comunican cámara y flash, son diferentes entre las marcas, salvo el central que es común y por eso los flashes manuales funcionan en todas.
La necesidad de esta comunicación es debido a que para que el flash pueda adaptarse a la cortinilla, debe saber a qué velocidad estamos disparando y por tanto, internamente, calcular cuántos destellos tiene que hacer para cubrir las diferentes franjas del sensor.
Como has podido comprobar de primera mano cuando intentas disparar en ráfaga, el flash no recicla tan rápido para capturar toda la ráfaga, al menos no a máxima potencia. Esa es la razón por la que te recomiendo el uso limitado del HSS. Lo que llamamos estrés del flash, cuando le pedimos más de lo que es capaz de dar.
Al igual que pasa cuando disparamos en ráfaga a máxima potencia, estamos exigiendo demasiado a los condensadores, la parte electrónica que acumula la energía para después soltarla en forma de destello. Estos no pueden llenarse y vaciarse tan rápido, por lo que requieren de un tiempo de reciclado.
En el caso de las ráfagas lo entendemos perfectamente, pero, ¿qué pasa con el HSS?
Como hemos visto, el HSS realiza pequeños destellos seguidos para lograr iluminar todas las franjas del sensor, por lo que a efectos prácticos es como si funcionara en ráfaga con las mismas limitaciones o más, porque además tiene que calcular para que todas las franjas del sensor reciban la misma luz y quede la imagen uniforme. Y sin que el usuario tenga que hacer nada. Sencillo para el fotógrafo, nada sencillo para el flash.
¿Esto en qué se traduce?
Sin entrar en tecnicismos rigurosos, solemos decir que, por cada paso más allá de la velocidad de sincro, perdemos un paso de intensidad de flash.
Por ejemplo, haciendo matemáticas, si nuestra cámara sincroniza a 1/250s, pero queremos obturar a 1/500s, eso quiere decir que teniendo el flash a potencia 10 (máxima potencia), obtendremos el destello con intensidad equivalente a la potencia 9 (½). Si obturamos a 1/1000s obtendremos el destello equivalente a potencia 8 (¼), pese a que el flash esté siempre a máxima potencia. Como puedes apreciar, estamos haciendo sufrir al flash y no lo estamos aprovechando pues, aunque está al máximo, la luz que recibimos es menos por cada paso de obturación que cerramos. Este es el motivo por el que el HSS requiere de flashes más potentes, por la “pérdida” sufrida al usar dicha tecnología, aún así podemos aprovecharlo en flashes tan pequeños y portables como el Profoto A10 y el Profoto A2.
Si quieres conocer las alternativas al HSS, que las hay, síguenos para no perderte ningún artículo, pues este lo vamos a dejar aquí para no estresarte demasiado.